Inteligencia Lingüística
La inteligencia lingüística corresponde a una de las inteligencias del modelo propuesto por Howard Gardner en la teoría de las inteligencias múltiples.
Esta inteligencia incluye también la habilidad de usar efectivamente el lenguaje para expresarse retó-ricamente o tal vez poéticamente. Esta inteligencia es normal en escritores, poetas, abogados, líderes carismáticos y otras profesiones que utilizan sobre otras habilidades como la de comunicarse.
La inteligencia lingüística se reconoce como una aptitud humana de largo estudio. La psicología evolutiva ha demostrado cómo el ser humano adquiere habilidades para comunicarse en forma efectiva de una manera rápida. Dado esto, la inteligencia lingüística se desarrolla con facilidad en personas con capacidades cognitivas eminentemente normales. Asimismo, los mecanismos de procesamiento de información asociados con esta inteligencia se ven afectados con facilidad cuando el cerebro sufre algún daño.
La comunicación con las demás personas es importante, y esta inteligencia es necesaria si se quiere obtener un buen desempeño en el campo social. Disciplinas como la Oratoria, la Retórica y la Literatura ayudan a desarrollarla, perfeccionarla y enriquecerla.
Oratoria más memoria mejoran el desempeño intelectual
La Universidad de
Michigan comprobó que socializar es tan efectivo como el ejercicio
mental. Es decir que oratoria más memoria
incorporan el componente social.
Oscar Ybarra, profesor de Psicología de la Universidad de
Michigan."Muchas veces pensamos que ser intelectual y tener capacidades
cognitivas sirve para estudiar y realizar trabajos". "La inteligencia también es muy importante para poder sostener
relaciones con los demás ya que el ser social es básico para la condición
humana", afirma el investigador.
Es decir que
oratoria más memoria más contacto social activan decisivamente el
intelecto.
El efecto de las
relaciones. Los científicos analizaron las funciones mentales de
3.610 personas de entre 24 y 96 años. Llevaron a cabo "mini exámenes" mentales, que
incluían el conocimiento y una
prueba simple de oratoria más memoria. El nivel de la interacción social se midió
preguntándoles cuántas veces a la semana hablaban por teléfono con amigos,
vecinos o parientes, y qué tan a menudo se juntaban. Posteriormente
compararon la relación entre la frecuencia del contacto social de los
participantes con su desempeño mental. Descubrieron que entre más alto el nivel de
interacción social, mejor su funcionamiento cognitivo.
Los resultados fueron similares en
todos las edades, desde los más jóvenes hasta los más
viejos.
Oratoria más Memoria. Para analizar la relación entre la interacción
social y funciones más específicas como la memoria, los científicos llevaron a
cabo otra prueba. En ésta participaron 76 estudiantes de entre 18 y 21 años a
quienes se dividió en tres grupos.
Los del primer grupo, el de
interacción social, llevaron a cabo una discusión de 10 minutos sobre un asunto
social antes de someterse a la prueba. El segundo grupo, de actividades
intelectuales, tuvo que completar tres tareas de 10 minutos antes de hacer la
prueba.
Estas tareas incluían un
ejercicio de comprensión de lectura y un
crucigrama.
El tercer grupo vio un
video de 10 minutos del programa del comediante
Seinfeld.
Posteriormente todos los
participantes completaron dos pruebas distintas de desempeño intelectual que
medían la velocidad de su procesamiento mental y su
memoria.
"Descubrimos que el grupo
que interactuó socialmente durante 10 minutos logró aumentar su desempeño
intelectual al mismo nivel del grupo que participó en las llamadas actividades
intelectuales" afirma Ybarra.
La interacción social tiene un impacto directo y
positivo en la memoria y el desempeño intelectual. El estudio, refleja también que
el aislamiento social, además de tener un impacto emocional,
puede también tener un efecto negativo en las capacidades intelectuales.
"Ser social es tan
importante para los humanos como lo es para otros primates", afirma Oscar
Ybarra. "Muchas
veces no vemos la importancia del aspecto social y la
importancia de la inteligencia para ayudarnos a establecer conexiones con otras
personas", expresa el investigador.
Conclusiones
Lo que no se usa se pierde. La falta de práctica de una habilidad adquirida se debilita cuando
no se emplea.
La imaginación importa más que el
conocimiento. Relacionado con el principio
anterior, el conocimiento que no se aplica se olvida.
Repetir activamente refuerza las
huellas de la memoria. La repetición
pasiva o volver a leer no fortalecen el recuerdo. Oratoria más memoria refuerzan
las huellas mnémicas.
La mejor forma de aprender es
enseñar. Einstein estaba seguro de que sabía algo
cuando se lo podía contar a la abuelita y ella lo entendía.
El problema es el motor de la
inteligencia. Resolver problemas o bien crearlos y
llevar una vida creativa como gimnasia mental son los mejores antídotos para
evitar el deterioro de las funciones mentales.
El repaso dentro de las 8 horas de ocurrido un suceso (o contarle
algo a un amigo como sugiere el artículo) evita que la curva del olvido.
El cerebro registra 4
zonas de influencia: creatividad, análisis, ejecución y destreza social. Hay que
conjugar la inteligencia individual y la inteligencia social, ya que son aliadas estratégicas, en el crecimiento
personal.
Neurosicología de la Oratoria 2.0
...algo crucial para entender la esencia de la persuasión: ¿cómo es posible entonces que un mensaje relativamente tan endeble –ni demostrable, ni necesario, ni evidente- sea capaz de persuadir a alguien? Hay muchas razones para pensar que ese mensaje persuade porque en la situación específica de comunicación cuenta con un plus afirmativo que le es suministrado por las cualidades del orador y por las características neuropsicológicas de unos receptores que han sido seducidos y se muestran favorables a la persuasión.
...una primera conclusión de los hallazgos de la Neurociencia: la lógica argumentativa
(la razón
pura) por sí sola
no basta para explicar y obtener la adhesión de un auditorio. Hay factores no intelectuales, emotivos,
que inciden en el razonamiento y en la adhesión. Por lo tanto, un orador puede
comprometer seriamente la eficacia de su labor persuasiva si se dirige
exclusivamente a la inteligencia de sus oyentes.
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